Entro al apartamento, el olor putrefacto y la escasa iluminación me ponen alerta, mi compañero me dice que mejor espere afuera.
Ricardo esposa a una persona de poca estatura y muy delgada. No puedo reconocer quien es al instante, su boca y manos ensangrentadas, el cabello desgreñado y la oscuridad no ayudan.
Voy hacia la víctima, ilumino el lugar con una linterna y mi grito es tan desgarrador que pierdo la conciencia, al abrir los ojos ya estoy hospitalizada
Ricardo se sienta a mi lado y me toma la mano -te dije que no entraras- comenta cabizbajo y yo susurro. - ¿Por qué? ¿Por qué pasó esto? ¿Era Michel?- Ricardo solo asiente con la cabeza, yo le quito mi mano bruscamente, y me doy vuelta en la cama.
Seis meses antes de entrar a esa casa Michel, mi prima de veinte años, llegó a la capital para estudiar, se instaló en mi apartamento, y me dijo que dividiríamos gastos, la vería poco porque había conseguido trabajo y obviamente tenía que dedicar mucho tiempo a su carrera para poder volver al pueblo lo más rápido que se pudiera, aunque serian unos seis o siete años. Michel estudiaba psicología. Me pidió por favor que los días que me tocara cocinar no olvidara que ella era vegetariana.
Una semana después me trajo un chico a casa, me dijo que lo había conocido en Instragram, al principio me pareció bien, pero luego cada diez o quince días traía otro amigo nuevo que también había conocido en Instragram, y del anterior ni noticias.
Comían en mi casa, en la noche escuchaba desde risas, música hasta gemidos.
Le reclamé, y me dijo que era una anticuada y que no tenía porque meterme.
Lo único que me llamaba la atención era que cuando avisaba que pasaría la noche en otra parte, el chico era cambiado por otro, y ella no explicaba nada, solo que se terminó.
Hace quince días apareció en mi casa un joven no muy alto, bastante delgado, todo vestido de negro con el cabello largo y oscuro Preguntó por Michel, le dije que no demoraba en venir de la universidad, y mientras me preparaba para salir a trabajar y veía el reloj esperando que mi prima llegara, el chico me explicó que se conocieron por Instragram, que había visto también alguna de mis fotos, sabía que éramos familia, y hasta recordaba mi nombre, Se presentó como Gabriel..
Gabriel me caía particularmente mejor que los demás, me hacía reír y creo que fue el único de los chicos Instragram, como les llamaba yo, que me tomó en cuenta desde el primer día, no como la prima de Michel, sino como Cecilia.
Comencé a fantasear con él, me gustaba, y, aunque dudando, lo agregué a mi cuenta.
Chateamos algunas veces, era tan divertido, y aunque hacia poco lo conocía, y yo era consciente de que era una conquista de mi prima, estaba enamorándome de él.
Era la primera vez desde que Michel llegó que los sonidos que venían de su habitación me molestaban tanto.
Me vuelvo a girar en la cama y veo a Ricardo, este sale de la habitación, yo busco mi teléfono que está sobre la mesa de luz, abro mi Instragram y comienzo a ver las fotos de Gabriel, niego con la cabeza, y las lágrimas se me caen descontroladas mientras paso una y otra foto en silencio. No puedo creerlo, me digo entre sollozos. Un medico entra, me saluda, me revisa y opina que no encuentra razones para que siga allí, me seco las lágrimas y me voy.
Al salir de la clínica veo a mi madre, me abraza, pregunto por mi tía, ella no dice nada.
Una tarde Gabriel llegó antes que Michel, le ofrecí una cerveza, fui a buscarla y cuando gire estaba allí detrás de mí, estuvimos a punto de besarnos, pero escuchamos las llaves en la puerta, él me sonrió bajo la mirada, y tomó la botella.
Michel entró, lo besó y le dijo que quería salir con él al día siguiente. Yo sabía que esa salida significaba que lo dejaba, igual que a los otros. Sentí el alivio de que Gabriel estaría libre, aunque veía imposible que fuera para mí.
Esa noche cuando mi prima y su pareja salieron, yo tenía toda la intención de sentarme a ver una película y pedir una pizza, pero Ricardo me llamó porque había una denuncia y debíamos estar ahí, se trataba de algo urgente.
Me vestí lo más rápido posible, bajé en el ascensor y allí me esperaba Ricardo en la patrulla.
-Una señora dijo que había escuchado gritos de un apartamento que se encontraba encima del suyo, y que hacía rato de allí emanaba un olor insoportable- me explicó Ricardo y continuó. - Sé que no es nuestro trabajo, pero algunos compañeros me hablaron de que había una serie de jóvenes desaparecidos y lo asociaron a esta denuncia, no se bien porque, el tema es que no hay nadie mas así que tenemos que ir nosotros.
Al llegar Ricardo habló con la mujer, le dijo que ella se había mudado hacia muy poco al edificio, pero que era la segunda vez que oía un escándalo así, y lo del aroma desde que llegó se quejó sin éxito varias veces porque lo sentía constantemente.
La primera vez creí que era una pareja conflictiva, pero esta noche me asusté y preferí llamarlos- comentó la señora.
-Me imagino que la reconociste- me comenta mi madre, yo niego con la cabeza, y no puedo contener mis lágrimas. -Pero Cecilia, era Michel, ¿Cómo que no? - insiste.
Mamá, estaba bañada en sangre, en especial la boca, toda la cara. Ricardo quiso protegerme, pero como me iba a imaginar que mi prima, esa chica minúscula, era una caníbal, y que iba a encontrar partes de chicos que conocí personalmente en distintos refrigeradores y tirados por aquella siniestra habitación, ¿Cómo iba a imaginar que al entrar a ese lugar oscuro, con ese olor fétido que no puedo sacarme de encima, iba a encontrar a Gabriel, mordido, herido, mutilado y muerto. ¿Cómo?- mamá me abraza respira hondo y me contiene en silencio mientras no puedo parar de temblar y de llorar.