El porta retrato
Juan se sienta frente a la mesa de luz, enciende una vela frente a un porta retrato con una antigua foto de su padre.
-Como quisiera tenerte acá viejo- dice acariciando la foto – Se me va la nena, no puedo detenerla, tiene veinte años. Le salió un trabajo en el exterior, y está feliz. Dame alguna señal, siempre fuiste mi maestro, te las sabías todas. Sé que es su futuro, pero me duele. ¡Cómo te necesito, viejito! Seguro sabrías como manejar esta situación. Tus consejos, tus palabras, muchas veces no las escuchaba, pero siempre terminabas teniendo razón.
Juan apoya sus brazos sobre la mesita, y entierra su frente sobre estos.
Levanta la mirada y allí está su padre, que le sonríe, y le da un par de palmadas al porta retrato, Juan grita- ¡Viejo!, y escucha a lo lejos: -¡Papá llegué! Despierta de golpe con esas palabras y sin querer tira la fotografía.
Se oyen vidrios rotos. Rápidamente agarra la foto que saltó del porta retrato, queda sorprendido al ver que dice algo en el reverso y lee: «Querido hijo, te deseo mucha suerte en América. Galicia /1929». Gracias viejo, murmura Juan con un nudo en la garganta.
-¿Qué pasó?- Pregunta la joven entrando en el cuarto, y su padre la abraza.